Las playas de los mundos infinitos, la sonrisa
de los niños.



Sé parte de la escafandra!

viernes, 16 de julio de 2010

LA VENGANZA

El hombre corría a grandes zancadas mientras en mi mente taladraban cada
uno de sus agitados y encolerizados gritos y cada vez se oían
más cerca sus agigantados pasos. Sabía perfectamente que mis pasadas
acciones serían juzgadas por la precaria razón del individuo, ya que
jamás comprendería el por qué yo había actuado de tal forma.
El conductor del trailer estaba bastante preocupado buscando la manera de
sacarme de una sola pieza de entre tan retorcidos fierros,ya que el fuerte
olor a gasolina empezaba a impregnar el aire de aquel radiante día;pero mis
piernas estaban ensartadas en un débil pero a la vez recocido alambre salido de
de algún lugar.
Al trailer por lo visto no le había sucedido nada, si acaso unos cuantos y
ligeros rasguños que cualquiera habría pasado por arañazos de ramas.
Mi mente empezó a reaccionar con mayor rapidez y me dí cuenta que el hombre
se había acercado al lugar de los hechos,lo suficiente para ver el desastre
que en mi loca carrera había causado; pero eso no me importó, lo que importaba
en ese momento era ver su faz, llena de odio y rencor hacia mi persona, por
haberle destruido uno de sus tantos tesoros, uno de tantos por los que se
sentía terriblemente orgulloso.
La alegría que sentí en ese momento fue infinita y pude por fin liberar un
poco de todo aquel odio que sentía hacia aquel ser, aquel ser que me había
dado la vida pero que su orgullo juvenil me la había destrozado por muchísimos
años.Aquel ser que me hundió en el hoyo de la miseria y el abandono, y del
que sólo pude salir gracias a mi insaciable sed de venganza en contra de él.
Sin embargo era realmente poco el daño que yo le había hecho comparado con
el daño colateral en mi persona sufrido, pero con verle la cara fue suficiente
pago para mi.
Ya no importaba a donde iría a parar, no importaba si vivía o no, él había
conocido mi ira y mi odio infinito hacia su persona.
Yo sabía que él era mi padre, pero él jamás tendría el gusto de saber que yo
era su hija.
A escasos minutos de eso el conductor del trailer al ver que su esfuerzo por
sacar mi cuerpo del auto era infructuoso y el tiempo se agotaba salió huyendo
despavorido aventando a mi padre a un lado de la carretera que por coincidencia
lo estaba poniendo a salvo y en ese justo momento el carro su precioso carro
conmigo a bordo explotó.

viernes, 2 de julio de 2010

La adrenalina

estaba agolpándose en mi cerebro, mis ojos empezaron a nublarse y mi mente fue tan rápida que en un santiamén estaba en el seno materno, pidiendo a gritos salir, la partera fue certera al sacarme pues al momento di mi primer aliento, los gritos de júbilo de los demás niños al ver como yo partía mi pastel con la primer vela, el sentir cómo mi madre me vestía con ese lindo vestido de motas blancas y ponerme el pañuelo en la cabeza para sentirme gitana, el llanto que brotó de mi cara cuando mi padre por vez primera se sintió mal conmigo cuando le grité que no lo quería, mis andanzas de ida y vuelta a la secundaria con mis amigas, mi primer amor platónico, mi primer novio y el beso que me hizo sentir la mujer más feliz del mundo, el momento en que mi preciado tesoro fue arrancado de mi ser como quien deshoja una flor, mis alegrías, mis tristezas, el momento en que meto la llave al automóvil y arranco en reversa, mi cabello ondeando al viento y el momento preciso que mi mente da la orden a mi pie hasta hundirlo al fondo del freno, el chirriar de llantas y ver como el flamante automóvil se impacta con el lado del trailer. Todo eso en un par de segundos, según mi mente alcanzó a captar. Mi grito ahogado fue corto pues alguno de los tantos fierros retorcidos se hundió en mi costado; dejé caer mi cabeza sobre el asiento y me quedé quieta, mi pulso era acelerado, mi susto no acababa de pasar, sólo sentía cómo el vital líquido iba saliendo de mi cuerpo y recorría, mi blusa rota hasta empaparla. Su olor llegó a mi nariz, mi mente cansada borró toda luz y caí en el pozo abismal de la inconsciencia.
La mujer de blanco me llamaba con sus hermosas manos hacia ella, pero no entendía lo que me decía, o tal vez no quería entender pues esa imagen era para mi ya conocida, me asustó y preferí voltear a ver a la pared. Las sacudidas a mi cuerpo maltrecho por los incontables golpes recibidos eran constantes, fuertes y con una frecuencia casi exacta. Mis ojos empezaron a abrirse y aunque las imágenes eran difusas alcancé a distinguir una imagen masculina. Mis sentidos debían estar volviendo en si, sin embargo mis manos acalambradas no lograban tener movimiento.
El hombre logró enderezar mi cuerpo y un grito desgarrador salió de mi boca sin haberlo pedido,mi herida pedía ser curada pero mi sentimiento de orgullo fue más allá de lo predecible y sólo pedí hablar con él.
El chofer del trailer no sabía qué hacer, elcarro estaba inservible sin embargo mis ganas de conducir un auto habían valido la pena estar como me encontraba en ese momento.
El dueño del auto se aproximaba a mi, lo supe por las maldiciones que escuchaba a lo lejos.....